Cada vez que me pierdo me salva la ternura cuando la tormenta me levanta los pies del suelo y no te oigo cuando siento que nada me devolverá la calma me salva la ternura cada minuto que deseo la luz y no la encuentro cuando la sangre me ciega cuando la fiebre me tumba me salva la ternura abrir los brazos cerrar los ojos llorar perdonar.