No se sobrevive a la muerte de un hijo y no me refiero a la muerte de la carne. Lo leí en alguna parte y me temo que debe ser verdad. La hija de Juan recae por segunda vez en el cáncer y la esperanza se desvanece como niebla.
Amnistía Internacional dice que en España la tortura, los malos tratos, no son esporádicos. Que nadie se confunda con el tema de los dos etarras detenidos. Al final el terrorismo arrasa con todo, lo peor, arrasa con la capacidad de indignarse, con la libertad y con la conciencia de muchas buenas personas.
Álvaro me envía un regalo de reyes en forma de vídeo de hace miles de años y Maite me ha llamado. Ya no sé que más señales esperar.
La racha de los poetas muertos se amplía. Creo que es un movimiento, una rebelión, un grito ante el olvido, pero la maquinaria no se para nunca.
No hay Dios, ni dioses
ni nada parecido
en ningún sitio
en ningún tiempo
aunque la hermosura de una brizna lo sugiera
y la dolorosa punzada de la muerte lo desee.
No tengo dioses a los que rezar
por eso simplemente me duelo
me incomodo
me enfado
me entristezco.
Humano, demasiado humano.